[ Hace tiempo que me cruzo con él, no sé quien es ni que tiene, pero algo hay. Siempre va solo, mirada al suelo y la cabeza moviéndola al ritmo de la música que sale de su mp3. Todos los días, sea lunes, martes, fin de semana, vacaciones, nieve, truene, pase lo que pase siempre está ahí a las ocho de la mañana, siempre en el último vagón, en los asientos pegados a la puerta. Tiene un cierto rasgo de nerviosismo y como si no pudiera parar de pensar en algo, me entra curiosidad de saber que podrá ser, de repente el metro para, mi parada. Me bajo del metro y acaba mi curiosidad, tengo la extraña sensación de no querer bajarme, de querer quedarme en el vagón, simplemente observándole, intentando pensar como puede ser su vida, la vida del chico del metro. ]
[Un día más. Toca ir a trabajar, me levanto temprano y llego a la parada del bus a las ocho menos veinte,quince minutos después ya estoy dentro del vagón, serían manías el sentarme siempre en el último vagón y en el mismo asiento, o quizás sería el destino. Para el metro, se abren las puertas y entran unas cinco personas al vagón, pero te distingo entre ellas. Melena larga, rubia, ojos claros y grandes. ¿Cómo no diferenciarte entre todas las demás personas? Quizás ella también tenga la manía de sentarse siempre en frente mía...Hago como que es otra persona más, cuando se perfectamente que no lo es, que es mucho más. No puedo parar de mirarla lo que hace que ella a veces esquive mi mirada. Es una chica con personalidad, se le nota en la forma de vestir, siempre lee libros de poesía, debe encantarle Pablo Neruda. Ella casi siempre juega con su pelo mientras está distraída pensando en algo, ¿qué podrá ser?¿qué será tan importante que la tenga todos los días ocupada pensando en ello? Sería interesante conocerle, pienso. Se para el metro, me mira y se baja en su parada. Me quedo con la sensación de que quiero que pase el día, de que sea el siguiente día a las ocho de la mañana para poder verla, para poder ver a la chica del metro.]
[Hoy me he levantado con una corazonada, me he levantado con la sensación de que hoy va a pasarme algo, quien sabe si será malo o bueno...Llego al metro, ahí está, mirándome. Hace que mire para otro lado, me intimidan tanto sus ojos...Sigo leyendo mi libro, “ Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos...”¿Por qué esa frase?¿Causalidad?¿Destino? Ojala supiera aunque fuera simplemente su nombre, saber como se llama el chico del metro, el chico en el que pienso la mayoría del tiempo, el chico que hace que me ponga nerviosa cuando hago algo tan sencillo como coger el metro...pero no...el metro para y yo me bajo en mi parada. Hoy al bajarme no me mira, esta raro, esta mucho más nervioso de lo normal, como preocupado por algo, ya es tarde para preguntarle nada, estoy fuera del vagón.]
[Venga, hoy es el día, después de casi un año, es hoy, te has decidido. Lo tienes claro. Has llegado antes a la parada, las siete y media, pero es que no aguantabas en casa, llega un metro justo cuando tu llegas a la estación, pero dejas que pase, esperas al siguiente. Suena en mi mp3 las canciones de siempre pero hoy no las escucho, hoy estoy en otro mundo, hoy vivo en sus ojos. Llega el momento, entro al vagón. Llega ella, no sé por qué yo la veo más guapa que nunca. Mierda no puedo ni mirarla...joder...ya está fuera del metro. No...no puedo dejarla ir. Están las puertas apunto de cerrarse pero consigo salir. ¿Dónde está? Miro para todos los lados pero no la veo, es tarde.]
[Otro día más...no conseguiré saber ni su nombre, no tengo el valor de acercarme y preguntárselo y nunca me atreveré. Ando más rápido de lo normal, será una forma de huir de mis miedos. Bueno mañana será otro día, mañana...mañana...]
[¿Dónde se ha metido? No está por ninguna parte. Corro, subo los escalones de dos en dos, los bajo, salgo a la calle, busco entre la gente sin mirar sus caras, pero no...no veo tus ojos...no está...es tarde...He perdido mi oportunidad, no habrá un mañana, no habrá más chica del metro...]
[Sí, creo que sí. Hoy al menos le aguanto la mirada, hoy no voy a dejar que sea otro día más, estoy cansada de perder el tiempo. ¡Con un par! Me subo decidida al vagón. Cambia mi cara completamente. No está. Miro a todas partes, pero no, no está. ¿Dónde se habrá metido? Noto un nudo en la garganta, ¿Se acabó? Después de casi un año viéndolo todos los días, desaparece, no viene. Estoy sentada en el sitio donde se sentaba siempre, ahora enfrente hay una señora mayor con cara de pocos amigos, se levanta, y se puede leer en el asiento escrito con permanente, “Eres. Entonces eres y te buscaba entonces. Eres labios de beso, fruta de sueños, TODO.” No puedo evitar sonreír, la señora me mira intrigada y sale del vagón. Se me pasa la parada, me pierdo por Madrid.]
[Estoy en el avión. La voy a echar de menos, lo sé. ¿Cómo es posible? ¡No la conozco! ¡Me estoy volviendo loco! ¿Volveré a saber de ella? Definitivamente estás loco...son dos años, cuando vuelvas ni siquiera sabrá quien eres, si es que lo sabe ahora...Estúpido, sí, eso es lo que soy, por dejarla escapar, por no luchar por ella, por ni siquiera intentarlo...]
[Pasan los días y el no está aquí...me siento abandonada. Distraigo la mente leyendo. “...en mí nada se apaga ni se olvida, mi amor se nutre de tu amor, amada...” No puedo evitarlo, todo me lleva a él, ¿Por qué no está?]
Dos años más tarde.
[Hoy vuelvo a casa. Esto es ilógico, los dos años que llevo fuera he desconectado de todo y ahora que vuelvo...tú vuelves, no puedo evitar el acordarme de ti...Estoy en la estación, llega el metro...el último vagón...las ocho de la mañana...es todo tan familiar...me siento en el sitio de siempre, bueno, de hace dos años. Se puede leer en el asiento unas frase desgastada, lo recuerdo, el día que me fui de lo único que me atreví fue de eso, de despedirme en un misero asiento, que a lo mejor ni leyó...Pero ella no está aquí.]
Un año más tarde.
[Llego el día, es la primera vez que doy un “concierto” no es gran cosa, un bar pequeñito con la gente justa, pero me encanta darle a la gente lo que se hacer, cantar. Ya está aquí el bus, sí, desde que desapareció el chico del metro no lo he vuelto a coger, ahora prefiero el autobús. Basta con el chico del metro, ¡Basta ya! ¡Dos años! Hoy con mi canción me despido de él, lo prometo.]
[No se que hago aquí, no quería venir, desde que llegué intento salir lo más mínimo y tengo la sensación de que me falta algo. Hoy hay concierto, pero mis amigos y yo nos sentamos en una mesa apartada a tomarnos unas cervezas, sentados en una esquina del bar, abandonados en nuestras anécdotas...Se escucha a una chica cantar de fondo, tiene una voz dulce.]
[La verdad que esto está animado, hay unas cuantas personas delante del escenario cantando mis canciones y aplaudiendo, sí, son mis amigos. Otros les siguen unos pasos más atrás y mucha gente están sentados en las mesas de al rededor, muchísimos ojos mirándome, con lo que me intimidan, pero sigo cantando, dándolo todo.]
[Un amigo cuenta una historia que ya me se de memoria así que me distraigo un poco con la voz d esa chica, su canción habla de amor, de un amor perdido, de un amor esperado. De repente esa frase...esa frase hace que me de un vuelco el corazón “Eres. Entonces eres y te buscaba entonces. Eres labios de beso, fruta de sueños, TODO.Y así se despidió, dejándome aquí vacía, mi amado chico del metro.”¡No puede ser! Sin importarme mis amigos me levanto y voy hacia el escenario, efectivamente, ¡es ella!, está allí, después de dos años está allí, cantando para mí.]
[Esto cada vez se anima más, cada vez se acerca más gente, pero de repente veo una mirada que me suena familiar, es él, en medio de toda la gente esta él, inmóvil con su mirada clavada en mí, como siempre. Ha vuelto, no puede ser, después de tres años, ha vuelto...ahora...sigo con mi canción y cuando acabo todo el mundo aplaude, pero él sigue inmóvil. Antes de bajarme del escenario me acerco al micrófono y digo “Mi nombre es Lucía.”]
[Lucía...por fin se su nombre, sonrió. Pienso si acercarme o no, espero a que baje del escenario y salude a todos sus amigos. Veo que ya está un poco más desocupada y me acerco. “Llevo mucho tiempo intentando acercarme a ti, todas las mañanas de hace tres años...todas...pero es un poco raro enamorarse de una persona que ni siquiera conoces, aunque yo tengo la sensación de conocerte completamente pero no sé. Verás...el chico de tu canción...¿Soy yo?” Consigo decir entre balbuceos y con la voz entre cortada.]
[ Se acerca. La primera vez que oigo su voz, está más nervioso que nunca. Después de decirme que está enamorado de mí, sólo se me ocurre decir que es tarde, que él me dejo muy sola pero que ya no lo estoy, que son tres años que yo no podía estar esperando a una persona que ni siquiera conocía, una persona que se despidió de mí en una frase escrita en un metro. Que aunque no haya podido olvidarle, que sí que mi canción lo demuestra que no he podido hacerlo, pero que a mi pareja actual no le puedo hacer esto, consiguió que viera más allá del chico del metro, no se lo merece.]
[¿Qué esperabas imbécil? ¿Qué te hubiera esperado alguien que no era nada tuyo? No le pido nada más cuando dice que se va, que no me ha esperado, me doy la vuelta y sin despedirme de mis amigos salgo por la puerta del bar, de repente me cogen del hombro y me paran, es ella. “Tú no me has dicho tu nombre.”Respondo “Victor, me llamo Victor.” Y salgo del bar sin más. Ando lento quizás esperando otra vez que venga y me coja del hombro, pero eso no pasa. ¿A donde ir? ¿Dónde poder despedirme de todo esto y empezar una nueva etapa? ¡El metro! Cojo el vagón de siempre y me tiro allí las horas muertas...vuelvo a casa para dormir, ducharme y comer algo y vuelvo, quizás porque sea lo único que me queda de ella, ya que no tengo ni número de teléfono, ni dirección ni nada...]
[Doy vueltas en la cama, no puedo creer que le haya dicho que no, que después de estar loca por él le haya dicho que no...no puede ser...¿Qué estoy haciendo? Es ilógico. Le quiero y le estoy perdiendo. Pero ya no hay vuelta atrás que ¿tengo que esperar otra vez tres años para volver a verle? Además con mi novio me va bien...será mejor dejarlo pasar...ya se me pasará esto...]
[Otro día más vuelvo al metro...Cada vez las paredes del metro se me hacen más pequeñas, cada vez la echo más de menos, y cada vez me arrepiento más de haber sido egoísta y no haberle pedido que dejara a su novio por mí, que se quedara conmigo. El metro pasa por su parada., se para, de repente un montón de chicos de unos quince años pasan al vagón , tienen pinta de venir de una excursión, las puertas se cierran.]
[Corro, corro con todas mis fuerzas, corro más que nunca. El metro está apunto de irse, veo que se meten un grupillo de niños en el vagón lo que hace que el metro tarde más en irse, gracias a eso consigo parar las puertas antes de que se cierren, estoy en el vagón.]
[Debo estar alucinando, entre tanto niño entra una chica. No, no es una chica, es la chica del metro allí en el metro donde llevo días esperándola. Sin decir ni una sola palabra se acerca a mi, pone mi cara entre sus manos, y sin más me besa. Un beso largo, para mí eterno, sin duda, el mejor beso de mi vida.]
María González Torres. ©