Hoy
me he dado cuenta de que mi vida es mejor desde que comparto mi
felicidad como si no se me gastara. Que de los errores se aprende, y
cojones, que también los disfrutas. Así que los próximos van de mi
cuenta. Ahora, que ya debo unas cuantas pecas, que me parece precioso
todo aquello que he visto en otros ojos, desde otros ojos. Que me han
ardido ciudades que ni siquiera pensé visitar. Quiero romper la
pecera y vivir lo que me toca. Que lo que haga hoy me lleve a donde
quiero estar mañana. Mientras, mis costillas y yo seguimos
balanceándonos sobre telarañas, a pesar del vértigo que supone.
Pues si llegué a tener de éste fue porque estuve a la altura. Y
viceversa. Si ya lo sé, soy mucho de que me crezcan los enanos sin
montar el circo, o no poder dejar de mirar aunque ya ni las vea
venir. Es cierto eso de que mala hierba nunca muere. Y al final,
claro, le acabas por coger cariño. Que nos empeñamos en bailar
sobre terrenos resbaladizos. Que nos pasa a todos. Y quien esté
libre de pecado puede tirar la primera piedra, pero, por favor,
siempre tirad a dar.
Escrito por María González Torres. ©