Hace dos putos años dejaste de ser tú o empezaste a serlo.
Quien
sabe.
Pero
me echo de menos.
A
ti, que las ojeras nunca te representaron
ahora
son una de tus señas de identidad.
El
caso es que, es hora de tomárselo menos enserio.
Disfrútalo.
Fuera
está cayendo el diluvio universal.
Vuelve
a repetirte el 'quien te entienda, que te compre'
y
cómprate (aunque no lo entiendas).
Te
mereces sobrevivirle,
que
si hace tiempo que no escribes
es
porque te da miedo abrirte de par en par
ante
un papel, porque padeces de todos.
Es
la rutina, que te está matando.
Que
eso de expectativas vs realidad
nunca
lo llevaste demasiado bien,
o
lo llevaste a rajatabla, según se mire.
Todo
eso de las margaritas sin pétalos,
perder
la cuenta de las noches que no sabes si debes a alguien,
las
baldosas amarillas que no llevan a portales,
lo
de imaginarte en un sitio y luego estar en otro
y
echarle la culpa a whatsapp,
que
suene 'I just called to say I love you',
pensar
en hacerle caso
y
que salte el buzón de voz.
Pero
bueno, que te voy a decir a ti,
conoces
de sobra el resto de tus sin-sentidos, María.
Tú,
que siempre quisiste ser brújula, no sé si me entiendes...
Pero
que te dejen en paz, solo estás reconstruyéndote
y
sonríeme, ya veremos que pasa.
Me
he cansado de escribirte,
así
que voy a empezar por reescribirme.
Yo
también me merezco ser eterna.
Escrito por María González Torres. ©