Estoy
aprendiendo a no meterme en jardines que no riego, a dejar de luchar
en guerras que no llevan mi nombre. Soy la más valiente de los
cobardes, supongo. Pero es que mis musas llevan barba y demasiados
fuegos encima. Pirómana. Soy la mosca que nunca estuvo muerta; el
tiempo que no tengo para echar cosas de menos; la que revolvió
lunares por encima de sus propias galaxias. He sido más expectativas
que realidad en este oasis donde he visto tantas veces espejismos
creyendo ser agua, que me da miedo zambullirme en otros ríos. En
otras lluvias. Me han cambiado la monotonía, sin cambiar de verdad.
Anacrónica. Voy a darle de hostias a mi Karma, porque se me está
cayendo la vida a base de mitos. Mi propósito para este 2016 es
volver a ser un poco más yo, y un poco menos del resto. Querer
menos, para dejarme querer más. Y quedarme con quien quiera. Que
poder, no puede nadie.
María González Torres. ©