Estoy a quince minutos de llegar al
sur.
Nunca llego.
El norte hace ya media vida que lo
perdí.
Sonrío.
Me pregunto si eres consciente de ese
brillo especial
que tienes,
de que los semáforos se ponen en verde
porque pasas,
o de lo guapo que te pones,
cuando te pones.
Uno no es lo que pretende o lo que
sueña,
uno es lo que hace,
y sin embargo,
hoy echo de menos mi futuro.
Siempre quise que mis palabras se las
llevara el viento
y no me pesaran como me pesan.
Y es que llevo meses levantándome
entre sangre coagulada
de un corazón que no me pertenece,
pero late conmigo.
O eso creo.
Con un golpe de Estado en mi torácica,
peleando contra un estado de golpes
entre diástoles,
aunque sobrevivimos.
Que el amor tiene que ser algo parecido
a ser libre con alguien.
Y a la mierda vuestras jaulas.
Yo me quedo aquí.
Porque quiero.
Para todo.
Contigo.
Escrito por María González Torres.©