sábado, 28 de octubre de 2017

que te quiero.



No he ganado ninguna guerra,
pero he visto que la vida
también es bonita desde las trincheras.
Dónde todo el mundo te mira,
aunque nadie te ve.
Hasta que un día,
alguien,
te ve.
Y llega tu tregua,
hibernáis en una esquinita del sofá
y hacéis fuerte.
Antes de que el gallo cante tres veces
sois imparables, implacables.
Como si el tiempo no fuera para los valientes,
como si las cosas se arreglaran
con un “a las tres serán las dos”
y no hubiese pasado el tiempo,
como si los segundos tuviesen sentido
si los das por descontado.
Mas qué quieres que diga,
si hace tiempo que lo llevo tatuado
en las entrañas,
que sin ser Santo de nada
tienes las llaves de mi cielo,
mi bandera blanca.
Si acabaste con los soldados rasos,
los fusiles y las balas.
Si lo llenaste todo de flores
y me diste alas.
Maestro en eso de volar
más allá de lo que ya vuelo,
como si no diera miedo decirlo,
como si no fuera el aleteo de aquella famosa mariposa
capaz de ocasionar terremotos en el otro lado del mundo,
o en el mío. 


Yo también sentí miedo, 
pero ahora estoy segura, 
quiero que seas mi Paz.





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Derechos Reservados Copyright © 2017
María González Torres. 

Imagen: Gangsters Squad (película).

miércoles, 17 de mayo de 2017

Aire.





El amor, o algo así decía Murakami:

'Tengo la impresión de que si sigo pensando en ella, hasta el funcionamiento de mis órganos acabará por alterarse. Sobre todo, los de los aparatos digestivo y respiratorio.'


Real. Pero joder, qué bien que te pusiste en medio. Tú y esa sonrisa, esa maldita sonrisa. Que somos las dos únicas personas en el mundo, aunque aún no lo sabemos. Que seguimos mirando el dedo, como tontos, cuando nos están señalando el puto cielo. Que el amor lo tenemos guardado entre las costillas, entre dos sacos de oxígeno y nos asfixiamos al unísono. Que no te vayas, ahora que te tengo cogido por las ganas. Que yo, me hubiese quedado una vida entera.



Escrito por María González Torres. ©


domingo, 26 de marzo de 2017

Sumisa y jodiendo.




Tengo un problema. Todos tenemos problemas. Quizás sí. ¿Tengo un problema? Quizás sí, o eso, lo supongo. ¿Conoces a autoestima? ¿la tuya? todos tenemos una. Algunos más bonita, otros más fea. Quizás sí. Para algunos se centra en un culo bonito o unas buenas tetas; quizás en un par más de centímetros por algún lado o un par de kilos menos por otro. O quizás más de un par. Esta autoestima la tengo controlada, o eso, lo supongo. Yo, al menos, consigo verla bonita desde aquí. Quizás sí. Es curiosa la palabra, autoestima. Tenerte en alta estima a ti mismo. Valorarte según lo que eres. Quizás no. ¿Qué soy? ¿tengo un problema? ¿conozco mi autoestima? Quizás sí, o eso, lo supongo. Que te están señalando el suelo y tú sigues mirando al cielo, boba. El querer querer que quieran, el morir queriendo, el querer matando. Querer, aunque no deba. Que no quieran, aunque puedan. Dejar de querer(me) porque no me quieran. Quizás sí.


Escrito por María González Torres ©.

martes, 21 de febrero de 2017

Nota mental.



Cuando me amé de verdad, comprendí que en cualquier circunstancia, yo estaba en el lugar correcto y en el momento preciso. Y entonces, pude relajarme. Hoy sé que eso tiene nombre… autoestima.
Cuando me amé de verdad, pude percibir que mi angustia y mi sufrimiento emocional, no son sino señales de que voy contra mis propias verdades. Hoy sé que eso es… autenticidad.
Cuando me amé de verdad, dejé de desear que mi vida fuera diferente, y comencé a ver que todo lo que acontece contribuye a mi crecimiento. Hoy sé que eso se llama… madurez.
Cuando me amé de verdad, comencé a comprender por qué es ofensivo tratar de forzar una situación o a una persona, solo para alcanzar aquello que deseo, aún sabiendo que no es el momento o que la persona (tal vez yo mismo) no está preparada. Hoy sé que el nombre de eso es… respeto.
Cuando me amé de verdad, comencé a librarme de todo lo que no fuese saludable: personas y situaciones, todo y cualquier cosa que me empujara hacia abajo. Al principio, mi razón llamó egoísmo a esa actitud. Hoy sé que se llama… amor hacia uno mismo.
Cuando me amé de verdad, dejé de preocuparme por no tener tiempo libre y desistí de hacer grandes planes, abandoné los mega-proyectos de futuro. Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero y a mi propio ritmo. Hoy sé, que eso es… simplicidad.
Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la razón y, con eso, erré muchas menos veces. Así descubrí la… humildad.
Cuando me amé de verdad, desistí de quedar reviviendo el pasado y de preocuparme por el futuro. Ahora, me mantengo en el presente, que es donde la vida acontece. Hoy vivo un día a la vez. Y eso se llama… plenitud.
Cuando me amé de verdad, comprendí que mi mente puede atormentarme y decepcionarme. Pero cuando yo la coloco al servicio de mi corazón, es una valiosa aliada. Y esto es… saber vivir.
No debemos tener miedo de cuestionarnos… Hasta los planetas chocan y del caos nacen las estrellas.

Escrito por Charles Chaplin.

jueves, 19 de enero de 2017

Dime con quién vas...



¿Quién sobrevive a tus huracanes y está al otro lado de la cama? ¿quién te sonríe sin pensar que quizás algún día todo esto se acaba? ¿quién te cambia todos tus ‘quiero’ por todos tus ‘puedo’, o no espera que seas lo que todo el mundo espera? ¿quién deja tu zona de confort por los tobillos y no sientes miedo? ¿quién mató al miedo? ¿quién es analgésico ante la vida, y se mira de reojo desde tus propios ojos? ¿quién es serotonina y piel de gallina? ¿quién es risoterapia o la risa contagiosa a la hora de guardar silencio? ¿quién es la excepción que confirma todas tus reglas y la persona que te hace respirar diferente? ¿quién jura por ti? ¿quién es el tiempo? ¿quién es el mundo?

¿Quién da más?

¿Quién?


Escrito por María González Torres. ©