Nadaba
en su río cuando me perdí en su delta. Me revienta toda esta
situación por no poder llamarte en cualquier momento y decirte “
me apeteces, baja y si quieres te lo cuento”. Eres de ese tipo de
personas que son gente especial sin efectos especiales, y eso me
encanta. Me he dado cuenta, tus ojos son mucho más grandes ahora.
Por eso espero que seas capaz de ver todo esto, porque de eso se
trata, de ser capaz. Yo sólo quiero que si tiramos la toalla sea
para ducharnos juntos y durante horas ver lluvias de estrellas
fugaces en mi habitación. Que desaparezca esa puta sensación de
frío que me da cuando sé que algo va mal... Vuelve a pedirme que me
quede en tu cama. Llévame a la luna, pero que esté llena y eso
si...¡de cosas buenas, claro!
En
busca de tus respuestas perfectas...
Escrito por María González Torres. ©