Antes
de empezar quiero aclarar que esto no es una despedida. Es mi
agradecimiento. Y sí, ya sé que los libros acaban siempre justo en
eso, pero este no es el final del libro, es el final de un capítulo
muy amplio en nuestra vida, un capítulo de cuatro años magníficos.
Pero no dejéis de pensar que detrás de este vendrán muchos más,
estoy segura.
Durante
estos años he aprendido muchas cosas, y no hablo de lo que hemos
tenido que estudiar, que también, sino esas que he aprendido de
todos y cada uno de vosotros. Ahora sé que la vida no viene con un
manual de instrucciones pero que siempre se torna más fácil cerca
de las personas adecuadas; que el estrés se pasa mejor en compañía;
que nunca es un mal momento para despejarse si hay cerveza y buena
conversación; que el mejor menú de la facultad depende de con quien
lo compartas; que las mejores cosas de la vida, no son cosas; que la
lealtad te hace familia y doy gracias de poder formar parte de esta
familia bioquímica.
He
de confesar que cuando empecé esta etapa siendo una chica nerviosa e
inquieta por no saber que me depararía el futuro nunca llegué a
pensar que podría conocer a gente que mereciera tantísimo la pena,
y que precisamente mi futuro, ahora, vaya de su mano. Doy gracias por haber
conocido a gente a la que quiero y admiro de verdad. Doy gracias por
haberos conocido. Y es que me
encanta poder decir palabras como "te acuerdas cuando..." y
tener personas con las que poder decirlas.
Por
último, daros personalmente las gracias a vosotros. Por las sonrisas
a las nueve de la mañana (que a veces cuestan), por los abrazos sin
un porqué, por las confesiones y confidencias en primera plana, por
las bromas, las risas e incluso por algún que otro enfado. Porque
sin vosotros esto no hubiera sido lo mismo, gracias por haber hecho
de estos cuatro años algo inolvidable.
Y
no, yo tampoco sé donde voy a estar dentro de diez años, pero os
puedo asegurar que me acordaré de vosotros, porque me habéis hecho
vivir cosas que no puedo expresar en estás cuatro líneas mal
escritas. Que al destino, al universo o a quien quiera que sea que os
haya puesto en mi vida le debo una muy gorda.
Escrito por María González Torres. ©