miércoles, 15 de julio de 2015

Feliz cumpleaños.




Hoy es un día de mierda. Me he cruzado por delante de un gato negro, y el muy capullo se ha quedado a mirar. Estuve tirando tanto tiempo de esta cuerda que ya no sé dónde empieza y dónde acaba. Ni dónde cojones comenzaron las cosas a perder la forma que no tienen. A saber qué estará haciendo el Karma conmigo. Eso que dicen de que la vida es cambio, es algo que nunca me habría imaginado así, insomnio que me he ahorrado todos estos años. Que sí, que me he quemado la mano y me desangro por el cuello (todo esto por jugármelo). Que se me abren los candados en los puentes. Suicidas van detrás de ellos las seguridades que suponían. Aunque pierda una hermana. Ojalá puedas superar, con esa sonrisa que solo tú sabes, las guerras que te ponga por medio la vida. Ojalá la vida no te ponga más guerras que tener que superar. Gracias por todo. Y de nada, por todo lo demás. Hoy es un día de mierda. Porque tú. 
Porque yo, ya no estamos aquí. 
Ni siempre.



Escrito por María González Torres. ©

miércoles, 1 de julio de 2015

Más que compañeros.




Antes de empezar quiero aclarar que esto no es una despedida. Es mi agradecimiento. Y sí, ya sé que los libros acaban siempre justo en eso, pero este no es el final del libro, es el final de un capítulo muy amplio en nuestra vida, un capítulo de cuatro años magníficos. Pero no dejéis de pensar que detrás de este vendrán muchos más, estoy segura.

Durante estos años he aprendido muchas cosas, y no hablo de lo que hemos tenido que estudiar, que también, sino esas que he aprendido de todos y cada uno de vosotros. Ahora sé que la vida no viene con un manual de instrucciones pero que siempre se torna más fácil cerca de las personas adecuadas; que el estrés se pasa mejor en compañía; que nunca es un mal momento para despejarse si hay cerveza y buena conversación; que el mejor menú de la facultad depende de con quien lo compartas; que las mejores cosas de la vida, no son cosas; que la lealtad te hace familia y doy gracias de poder formar parte de esta familia bioquímica.

He de confesar que cuando empecé esta etapa siendo una chica nerviosa e inquieta por no saber que me depararía el futuro nunca llegué a pensar que podría conocer a gente que mereciera tantísimo la pena, y que precisamente mi futuro, ahora, vaya de su mano. Doy gracias por haber conocido a gente a la que quiero y admiro de verdad. Doy gracias por haberos conocido. Y es que me encanta poder decir palabras como "te acuerdas cuando..." y tener personas con las que poder decirlas.

Por último, daros personalmente las gracias a vosotros. Por las sonrisas a las nueve de la mañana (que a veces cuestan), por los abrazos sin un porqué, por las confesiones y confidencias en primera plana, por las bromas, las risas e incluso por algún que otro enfado. Porque sin vosotros esto no hubiera sido lo mismo, gracias por haber hecho de estos cuatro años algo inolvidable.

Y no, yo tampoco sé donde voy a estar dentro de diez años, pero os puedo asegurar que me acordaré de vosotros, porque me habéis hecho vivir cosas que no puedo expresar en estás cuatro líneas mal escritas. Que al destino, al universo o a quien quiera que sea que os haya puesto en mi vida le debo una muy gorda.



Escrito por María González Torres. ©