miércoles, 17 de abril de 2013

El amor vuelve a la gente estúpida.


¿Qué qué me pasa? ¿de verdad tú me lo preguntas? Pues verás... me pasa que tengo un hueco aquí dentro y que suena eco si pienso en tu nombre, que no puedo olvidar la primera vez que me besaste entre unas escaleras mecánicas y la vez que lo hiciste entre mis piernas, que mi paisaje favorito ha sido tu espalda desde el otro lado de mi cama. Que el corazón ya no me pesa (muy a mi pesar), que se me clava cada nota que sale de un puto violín. Me pasa que aún me debes un masaje y unos cuantos besos, que muchas veces me sorprendo imitando alguna de tus tonterías y parece que estás aquí (pero no), que conviertes las curvas en rectas. Tú, todavía, me haces reír cuando hablamos... y ese último “estoy bien” me ha partido 3 costillas. Me pasa que los caminos son bidireccionales, que me da alergia la estación de autobuses y el cambio de estaciones. Que aún espero que vengan tus manos y me rodeen en mitad de la noche, que voy a corazones y siempre salen picas, pero lo que realmente me pasa es que todos estos versos llevan tu nombre... (y nunca mejor dicho).

No sabes como estas líneas colapsan mis pulmones cuando ni siquiera preguntaste “¿qué (te) pasa?”.

Escrito por María González Torres. ©


miércoles, 3 de abril de 2013

Mamá.




He aquí mi pequeña epopeya para la heroína más grande que conozco. El carmín en sus labios han escrito el camino el cual debía seguir para que las cosas fueran más sencillas. Mi mejor autocrítica y espejo. La que dibujó mis primeras palabras y diseñó mis primeros pasos. La farmacia en casa, poniendo a las grandes heridas (las internas) las mejores tiritas. Quien ayudó a buscar agujas en pajares y dio sin recibir nada. La que me enseñó a ver el lado positivo de las cosas. Quien deshizo montañas creadas con granos de arena. La guinda de mi pastel, la que vio siempre el vaso medio lleno. Especialista en vencer todos y cada uno de mis monstruos. Ella me dio la vida y ahora me la sigue dando con su sonrisa. Porque es cierto eso de que sólo hay una y yo no quisiera otra. Por ella. Por ti, mamá.


Escrito por María González Torres. ©

-Con la mejor musa.