¿Qué
qué me pasa? ¿de verdad tú me lo preguntas? Pues verás... me pasa
que tengo un hueco aquí dentro y que suena eco si pienso en tu
nombre, que no puedo olvidar la primera vez que me besaste entre unas
escaleras mecánicas y la vez que lo hiciste entre mis piernas, que
mi paisaje favorito ha sido tu espalda desde el otro lado de mi cama.
Que el corazón ya no me pesa (muy a mi pesar), que se me clava cada
nota que sale de un puto violín. Me pasa que aún me debes un masaje
y unos cuantos besos, que muchas veces me sorprendo imitando alguna
de tus tonterías y parece que estás aquí (pero no), que conviertes
las curvas en rectas. Tú, todavía, me haces reír cuando
hablamos... y ese último “estoy bien” me ha partido 3 costillas.
Me pasa que los caminos son bidireccionales, que me da alergia la
estación de autobuses y el cambio de estaciones. Que aún espero que
vengan tus manos y me rodeen en mitad de la noche, que voy
a corazones y siempre salen picas,
pero lo que realmente me pasa es que todos estos versos
llevan tu nombre... (y nunca mejor dicho).
No
sabes como estas líneas colapsan mis pulmones cuando ni siquiera
preguntaste “¿qué (te) pasa?”.
Escrito por María González Torres. ©
Escrito por María González Torres. ©