Pensar
que hace sólo unos días estabas aquí y ahora lo único que queda
es tu olor de mañanas quemadas entre mis sábanas. Nietzsche
decía que el olfato era el único sentido que no nos engañaba...
pero entonces aparece esa sensación cuando te despiertas en medio de
la noche y ves su cara... y noto como mis pulmones se llenan de ti.
Pero de eso se trata ¿no? de olvidar todos esos pensamientos... A
mí, ya es que me engañan todos mis sentidos, a veces, incluso puedo
notar tu sabor en mi boca. Y ahora sólo quiero que se ilumine esta
parte del planeta porque estás aquí y me sonríes. Pero hoy es
martes y yo sigo en mis trece...
Escrito por María González Torres. ©