lunes, 20 de octubre de 2014

Y no saber como hacer para deshacerte de todo el mundo.




Cuando te juntas con un extraño solo miras al suelo o al cielo. Yo no podía parar de mirar sus ojos. El caso, es que creo en la teoría del caos, en que si algo puede salir mal saldrá mal, en Murphy. En todo eso de que las cosas cuando caen, caen por el peor lado. Quizás sea cierto eso de que Migo no sabía ser sin Tigo, el problema es que Tigo solo sabía ser cuando no era conmigo. Ahora todos han huido, menos yo. Que no supe. Pero que sabréis vosotros, si no habéis visto como se le achinan los ojos cuando sonríe. De verdad, digo. Y joder, se me rompen las costuras, ando mordiéndome las ganas, las uñas y la paciencia. Ojos hinchados de llover muy fuerte y un no saber si tiemblo, como dicen, de frío o de miedo. Tengo una pecera en la que me ahogo, unos buenos pies de plomo y poco tiempo para salir a flote. Que no hablo de que sea difícil o que sea imposible, sino de que no es. Hablo de que para regresar y para casi todo es tarde... Solo te pido una cosa, podemos parar el mundo sólo con mirarnos, recuérdalo. Porque buscando tu sonrisa estaría toda la vida.

Escrito por María González Torres. ©