lunes, 30 de abril de 2012

Canciones de amor para corazones con odio.


Creo que es oficial. Estoy enamorado de Summer. Me encanta su sonrisa, su pelo, sus rodillas. Adoro la marca de nacimiento en forma de corazón que tiene en su cuello, cómo lame sus labios antes de hablar algunas veces. O el sonido de su risa, que es como cuando estás dormido. Escucho una canción de amor cada vez que pienso en ella. Me encanta cómo me hace sentir. Como si todo fuera posible, como... como si la vida valiese la pena. 

Odio a Summer. Odio sus dientes torcidos, su peinado de 1960, odio sus rodillas huesudas, odio su lunar en el cuello que parece una cucaracha, odio la forma en que se moja los labios antes de hablar. Odio el sonido de su risa. ¡Odio esta canción!


500 días juntos.

martes, 24 de abril de 2012

Young, wild and free. ∞


Déjame esnifar tu sexo, háblame con los ojos, susúrrame con la pupila. Rodéate de un velo que cubra de calor todo tu cuerpo. Mátame con la mirada, revíveme con tus labios, déjame beber de tu lengua. Déjame que me enloquezca en mi locura rozándote, acariciando tu cuello. Permíteme que poco a poco me eleve llevándote a las nubes conmigo. Permíteme que convierta mi texto en acción, permíteme que las metáforas se hagan realidad. Déjame que tu realidad sea la locura de mi cuerpo, déjame hundirme en tu pecho. Déjame entrar en tus ojos, recostarme en tus pupilas, que el aire que desprenden tus párpados al abrir y cerrar, junto a las lágrimas que esconden formen una corriente de aire marino que me haga sentir vivo de nuevo. Ven, déjame que me pierda en tu mirada. Mírame de tal manera que sin abrir la boca me pidas que te la cierre, que te robe uno y mil besos, que permita dejar expresarse el corazón a través de los labios.


Escrito por Nacho Vigniatti.

domingo, 22 de abril de 2012

Trocito de cielo particular.





Sé que nunca he tenido el valor para ir a buscarte, sabiendo que si fuera podría escuchar de tu boca un “¿por qué has tardado tanto?” Creo que a veces contra el amor lo más sabio es beber insecticida cuando se empiezan a sentir mariposas en el estómago, evitaría bastantes problemas. Quizás nunca he ido a buscarte porque no quiero que me digas "te echo de menos", quiero que me digas "estoy en la puerta, salte". Pero a pesar de todo pienso, “joder, qué buen insomnio si me desvelará sobre tu cuerpo” y a la mierda con la autodestrucción... porque creo que no hay nada mejor que los besos robados en los portales, perfectos, fugaces y eso sólo quiero que me lo des tú. Porque eres distinto, porque esperas encontrar cisnes en las piscinas municipales, porque cuando me conociste lo primero que me preguntaste fue que si alguna vez había ido a las nubes y eso es algo que no me había preguntado nunca nadie. Ahora es cuando lo entiendo. Vivo allí desde que te conocí.


Escrito por María González Torres.

martes, 17 de abril de 2012

Piedra, papel o tijera.


—Vale, te he echado de menos. No en plan "vamos a enrollarnos", ni siquiera en plan "voy a perdonarte". Sólo en plan "te he echado de menos".
—Me conformo con eso.


Como conocí a vuestra madre.


sábado, 14 de abril de 2012

Perdidas de memoria.




El mundo va al revés cuando te digo que te vayas, que no quiero volver a verte y que ojalá no te hubiera conocido nunca. Intento dejar cada recuerdo colgado en el perchero cada vez que salgo de casa y a veces te juro que hasta lo consigo pero siempre vuelvo a casa y ahí siguen colgados. Colgada me quedé yo de ti la primera vez que te vi sonreír, no sabes la envidia que tengo a la gente que aun no la ha visto y puede sentir esa sensación que yo tuve. Respiro hondo. Y otra vez esa puta canción que me obliga a recordarte...que no, que nunca había llorado tantísimo con una canción. “Perdóname por todas las cosas que he hecho, prometo dar lo mejor de mí.” dice. Lo prometo.



Escrito por María González Torres. ©

miércoles, 11 de abril de 2012

Porque si algún día perdieras la memoria, yo me encargaría de ser cada uno de tus recuerdos.




                  Tú me has aceptado tal y como soy y no tal como esperabas que fuera.

Mi teoría es que esos momentos impactantes, esos destellos que ponen patas arriba nuestras vidas, son los que acaban definiendo quienes somos. La cuestión es que cada uno de nosotros es la suma de todos los momentos que hemos experimentado con todas las personas que hemos conocido. Un momento de amor total, físico, mental y de cualquier otro tipo de amor. Pues esa es mi teoría, que esos momentos impactantes definen quienes somos. Lo que nunca me había planteado es si algún día no recuerdas ninguno de ellos.


Todos los días de mi vida.