Siempre
fui un poco como el hemisferio izquierdo del cerebro, la parte
controladora, la parte que se guía por la lógica. Siempre haciendo
lo correcto, paso a paso, número a número, letra a letra. Formar
las palabras, las frases y con ellas los textos donde plasmo mis
días, mis pensamientos, mi vida. A veces me gustaría ser más esa
parte derecha, ese “perder el norte”, ese mítico “dejarse
llevar”. Pero aquí sigo encerrada en mi lúgubre cajita de
cerillas, ahogando el tiempo por no dar pasos de gigantes que puedan
sacarme de aquí. Pero es que ya me canso de pedirte que me
salves...Intento mantenerme, agoto palabras. Clara sensación de
cansancio hasta que vuelve a pasar cerca de mí tu olor. Y aún me
preguntas por qué me quedo mirándote con esa cara de gilipollas...
Escrito por María González Torres. ©