La oscuridad del llanto
cuando se cierra el telón que son los párpados.
El encierro que oprime el tórax,
sin jaula,
pero sin escapatoria.
El saltar sin soga,
darte la hostia.
Otra de tantas.
Los sacos de lluvia de los ojos,
el dióxido de carbono que vacía los pulmones.
Las palabras presas de una garganta anudada.
Que uno tenga sed,
pero que el agua no esté cerca.
Aprender a base de Jarabe de palos.
La música que suena,
sin embargo no escuchas.
Lo inconsolable de lo inexplicable,
de lo fortuito,
de lo incomprensible.
El que nadie comprenda.
La esfera gigante que rueda y rueda,
la montaña de granos de arena,
la piel fina,
translúcida,
inexistente.
Convertida otras veces en piel de caparazón.
Impenetrable,
solo tuya.
Solo para ti.
La angustia.
La náusea.
Las ganas de tener ganas,
la pereza de tener ganas de tenerlas.
La frustración que da el estar frustrada.
La fatiga.
Derrotarse una misma.
El pasado que pesa y se posa,
mas no pasa.
Dinamitas con mechas demasiado cortas
que hacen volar todo por los aires.
Menos tú, que no vuelas,
que te quedas sin alas.
Se anclan tus pies de plomo al asfalto
o se hunden en el pozo.
Flotabilidad negativa.
La mujer de porcelana,
niña burbuja de huesos de cristal.
Mentalmente inestable
muerde las uñas siete noches de cada una.
La inseguridad que supone
no estar segura de una misma.
Las preguntas retóricas,
que retorcidas,
siguen sin tener respuesta…
Coger aire en el pecho de otro.
Respirar en calma.
Inhala.
Exhala.
Y cuenta hasta diez.
O cien.
O mil.
Mañana será otro día.
Sí.
ResponderEliminarY vera la tuerta los espárragos.
Eso dicen en mi tierra
Besos
Y a veces no sirve contar, pero hay que resolver toda esa ecuación de malestar. Lo mejor es respirar y saber que hay tiempo.
ResponderEliminarBesos dulces y dulce semana.
Magnífico poema. Inspirados versos inolvidables...
ResponderEliminarAbrazo.
¡Grita!
ResponderEliminarTe tiendo la mano
Tú agarras todo el brazo
Y si quieres más pues
¡Grita!
😊 Besos.